domingo, 26 de mayo de 2013

Libro & Signo

Libro & Signo
                                          laura Olivia Hernández

Desde el título “Una historia de la lectura” da la sensación  que  el autor delicadamente te deja un libro sobre tu escritorio, en tu mesa de trabajo en el buró de tu recámara, ahí  para que lo abras a tu antojo, te sumerjas en la historia de hombres y mujeres que se han dedicado a escribir o a leer.   Dos acciones que están ligadas indisolublemente, amorosamente y constantes en el desarrollo de la humanidad.
     Leer, imaginar el libro sobre las rodillas de Aristóteles, escuchar el canto de las sirenas, vestidas o desvestidas, el deleite de soltar la imaginación y enfrentar tus propias sirenas.  Alberto Manguel  nos lleva de la mano como niños sobre nuestros pasos lectores, una historia que va como película, desde las primeras tablillas con escritura, los copistas, la aparición del libro,  el poder de la lectura, la insistencia del símbolo en cada palabra.
    ¿En dónde surge la ficción? ¿El texto y el lector están limitados a una interpretación?  En esta historia,  San Agustín, Borges, Rilke, Blake  van a intervenir ya sea para decirnos cómo fue su proceso creativo, sus lecturas, sus libros, van aparecer sus obsesiones y tal vez, descubrirás que han sido las nuestras, porque la lectura va dejando una huella indeleble en tu memoria, en tu corazón. Eres capaz de robar un libro, de llorar por tener que abandonar varios libros  porque vas a cambiarte de casa, de entrar a la Biblioteca de Londres y sentarte donde Carlos Marx  escribía o ir  a Baker Street y escuchar: “Elementary my dear Watson” mientras el humo de la pipa inunda la habitación.
    “Una historia de la lectura”  es un libro inacabado, muy lejano a lo dogmático, se lee ligero porque vas anudando tus lecturas con el texto y a la vez señalas  todo lo que te hace falta de conocer. Te proporciona una lista sin números de autores y libros que necesitamos  acercar para ampliar el horizonte del universo, para abrir el conocimiento y revelar la fuerza de la lectura.
    No sólo se habla del mundo occidental sino también del oriental  y aunque sólo dedica unas líneas a las culturas americanas sí aparecen cuándo refiere al nombre que se dio a María Tonanzin  como un cambio para adoctrinar a los indígenas.  La lectura en voz alta  que se realiza en Cuba para los trabajadores de las fábricas y que tiene su origen en la antigüedad  deja de manifiesto un método que se puede aplicar en nuestras escuelas,  plazas públicas o en las oficinas fiscales para sensibilizar y conducir a la lectura.
   El libro de  Alberto Manguel  me encantó y confieso que me dio envidia saber que fue lector de Borges, estaba contenta porque ya se había referido a  Virginia Wolf, Oscar Wilde, Hemingway, Herman Hesse,  Kalfka, San Juan de la Cruz pero, mientras se consumían las páginas no aparecía Julio Cortázar  y ningún mexicano  eso me inquietaba un poco, al final  menciona al gran cronopio y una sonrisa se dibuja en mis ojos, sin embargo, falta en este texto un escritor nuestro  ¿Ustedes a quién incluirían?